"El Herrero de Wootton Mayor" sorprende primeramente por una cualidad: es un libro para todos los públicos. Aunque esta argumentación pueda parecer manida, lo cierto es que este relato puede ser leído de dos formas, bien como un simple cuento de hadas repleto de fantasía, o bien como un escrito lleno de una madurez que sólo puede verse adquirida por medio de numerosos años de existencia, y dado que esto segundo no está exento de lo primero, he ahí lo hermoso de su narrativa.
Otra de sus más destacadas características es la gran melancolía que destila en todo momento. Incluso en los momentos de mayor dicha aún puede palparse una tristeza que de alguna manera siempre permanece. De esta manera nos percatamos de que Tolkien sabe que su vida ya se atenua por el peso de la vejez y los años.
Hechos como que el Herrero deba ceder la estrella hacen pensar que, a modo de final de su obra, (ya que es lo último que escribió), Tolkien deja paso a futuras generaciones.
El estilo narrativo, aunque recuerda mucho, como se ha dicho en conclusiones anteriores, a un típico cuento transmitido oralmente, es inconfundible. Tanto las descripciones como los personajes rebosan el sentimiento que Tolkien deposita en todos sus libros. Como curiosidad diré que también se hayan presentes sus características expresiones retóricas, que a mi parecer siempre dan un toque bonachón a lo que cuenta.
Al principio de la historia, cuando se relatan las costumbres de Wootton Mayor, todas las menciones de los festejos, la Gran Tarta, los vecinos del pueblo y sobre todo las exhaustivas descripciones de la comida, me recuerdan en gran medida a los hobbits. No pude evitar que mis pensamientos fueran directos a dichas criaturas nada más leer esta parte, y más concretamente cuando se describe la Gran Tarta que llevarán a cabo el Aprendiz y Nokes.
Este último personaje ya que es mencionado, diré que me muestro de acuerdo en que simboliza la incredulidad que las personas desarrollan cuando se hacen mayores, cuando dejan de creer en la fantasía y rechazan todo lo relacionado con élla. Nokes lleva al extremo esta actitud y hace entrar en juego una tozudez en la que se refugia cuando en sus narices hace aparición el Rey (el que fue su aprendiz en el pasado) echándole un soberano sermón, dando así la aplastante evidencia de que Fantasía verdaderamente existe. Incluso al tiempo de ocurrir esto, Nokes simplemente lo olvida e ignora, considerándolo una tontería.
Finalmente, y sin ninguna observación más que hacer, diré que "El Herrero de Wootton Mayor" me ha gustado, y que, como última obra de Tolkien, hace honor con creces a su autor.
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on 20/6/08
at viernes, junio 20, 2008
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2 opiniones
Yo también he encontrado muy interesante la comparativa del estilo de vida de los hobbits con el de las gentes de Wootton Mayor. Recuerdo que lo comentaste en la reunión y ya entonces pensé que era cierto, que cuando empecé a leer por primera vez "El Herrero" mi mente tampoco había podido evitar pensar en los adorables hobbits.
Finalmente, veo que hemos llegado a conclusiones similares ^^ lo cual supongo que no debería sorprendernos a estas alturas ¿no? XDDD
Besos.
P.D. Ha valido la pena esperar a tu comentario ;-)
22 junio, 2008 12:53
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